Democracia y Justicia Social son el lema del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Ayer se celebró el día de la justicia social y los nuevos dirigentes del PRI Cihuatlán, Lino Deniz y Patricia Mariel Garcia ni se acordaron, mucho menos han trabajado en ese tema.
A un mes de su toma de protesta ya hay voces que auguran lo peor para el priismo con una dirigencia municipal manipulada y alejada de los cihuatlenses y sus causas sociales.
Y se verán cosas peores en cuanto decidan abrir oficinas y dar a conocer la estructura del comité directivo, de sectores y organizaciones, anticipan quienes no comparten el proyecto del sector agrario y su dirigente Julián López Jiménez, que conoce perfectamente el sabor de la derrota electoral.
La llegada de Deniz y García fue un arreglo de grupos y no fue avalada por el consejo político municipal que se quedó con las ganas de recriminar el deprimente papel que desempeñaron la ex emecista Cristy Vigil y Juan Manuel Espinoza Grajeda, uno de los “judas” políticos.
Resulta imperdonable que los nuevos dirigentes priistas permanezcan apáticos a la problemática social con calles llenas de basura y mal alumbradas, cobro excesivo de impuestos, clínicas de salud y hospitales sin la adecuada atención y medicamentos, barrios y colonias sin agua potable durante semanas, accidentes sin control, por citar unos ejemplos.
Como Julian Alvarado Montes, sino quieren meterle dinero ni tiempo a su partido, aún están a tiempo de renunciar. De ser congruentes y honestos. No va pasar nada y se van a evitar sumarse a la lista de los enterradores políticos del PRI.
Lino Deniz se puede dedicar sin preocupaciones al patronato de la plaza y la secretaria general puede seguir cobrando en la burocracia.
No son indispensables, ni siquiera los mejores para rescatar al jodido PRI de Cihuatlán, que ya merece le hagan justicia con directivos que verdaderamente logren la unidad y trabajen por la gente.
