García Luna y el puerto de Manzanillo

Entre los mares de información que arrojó el juicio por narcotráfico al que fue sometido en Estados Unidos Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública del gobierno de Felipe Calderón, destaca una de sus andanzas por el puerto de Manzanillo, donde según personajes que testificaron ante el juez el exfuncionario policiaco federal trató de devolver al Chapo Guzmán el cargamento de cocaína “más grande de la historia”, que había sido decomisado en ese lugar.

Según datos oficiales, el cargamento de droga, que tuvo un peso de 23.5 toneladas, fue encontrado a principios de noviembre de 2007 en el interior de dos contenedores que llegaron al puerto de Manzanillo a bordo del buque Esmeralda, con bandera de Hong Kong, procedente del puerto de San Buenaventura, Colombia. De acuerdo con el gobierno federal, el destinatario del enervante era el Cártel del Pacífico, encabezado entonces por Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, y al que también pertenecían los hermanos Beltrán Leyva.

Inicialmente, Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, y Óscar Nava Valencia, alias “El Lobo”, señalaron que sus organizaciones, los Beltrán Leyva y el Cártel del Milenio, habían perdido ese cargamento pese a tener protección de García Luna.

No obstante, comentaron que el funcionario de primer nivel argumentó que la cocaína fue incautada por la Armada de México y la DEA, por lo que nada pudo hacer para devolvérselas. El agente de la corporación estadunidense Adrián Ibáñez señaló que el área de inteligencia a la que pertenecía recibió un “tip” sobre la droga en contenedores en Manzanillo, por lo que compartió la información agentes de la DEA de campo y autoridades mexicanas, incluida la Policía federal.

Así mismo, la asistente del Fiscal, Erin Reid, mostró fotografías del decomiso: los contenedores, los paquetes de cocaína en el piso para ser revisada y cuando ésta fue quemada. En varias de las imágenes, los elementos de la Marina aparecieron en primer plano, como la fuerza del orden que llevó mano en las acciones.

“El Lobo” Valencia dijo por su parte que García Luna recibió un soborno de cinco millones de dólares para ayudar al cártel a liberar el cargamento de cocaína descubierto en Manzanillo, pero la operación fracasó porque al final la mercancía fue incautada.

Doce años después del decomiso, en octubre de 2019, el analista Salvador García Soto publicó en El Universal un cuestionamiento sobre “el extraño caso del cargamento de cocaína más grande de la historia”, en el que evidenció sobre todo que ningún servidor público del puerto ni de la aduana de Manzanillo fue investigado ni sancionado por el arribo de la droga,

“A pesar de que el ‘golpe histórico’ fue realizado por la Policía Federal y la entonces Secretaría de Seguridad Pública Federal, atendiendo a un reporte de la DEA, la PGR nunca detuvo a ningún responsable por el ingreso de aquel cargamento ni imputó a ninguno de los funcionarios de la Administración de Aduanas del Puerto de Manzanillo”.

Dijo que de acuerdo con documentos oficiales que obran en los archivos tanto de la desaparecida PGR como de la extinta SSP federal, la Procuraduría de Medina Mora desestimó la participación de funcionarios de aduanas en el ingreso de los 23.5 toneladas de cocaína, que llegaron en dos contenedores a bordo del citado buque colombiano y que, según documentó entonces la inteligencia federal, eran propiedad de Arturo Beltrán Leyva, del Cártel del Pacífico, y de Oscar Nava Valencia, “El Lobo”.

Indicó que los contenedores fueron ingresados a la Aduana de Manzanillo con una declaración de pedimento a nombre de Importadora y Exportadora Alucapo, S. A. de C. V., una empresa de origen colombiano que tenía un domicilio en el Condominio Cristal, ubicado en la calle de Paseo del Prado, 102 despacho 901, en la colonia Del Prado, en Querétaro.

“La PGR de Medina Mora nunca investigó la posible complicidad de los funcionarios de Aduanas y, prácticamente sin atender las ‘líneas de investigación’ de las áreas de inteligencia federal que participaron en el operativo para la ubicación y confiscación de los 23.5 kilogramos de cocaína, el responsable del Ministerio Público exoneró, apenas cinco días después del mayor decomiso de cocaína en la historia, a todos los funcionarios que controlaban los cargamentos que ingresaban a las aduanas de Manzanillo”.

En una entrevista radiofónica realizada en noviembre de 2007, citada por Salvador García Soto, Eduardo Medina Mora justificó al respecto:

“Con respecto a la aduana de Manzanillo, yo te puedo decir que el personal de la aduana actuó con pleno apego a la normatividad y a los procedimientos operacionales que la propia aduana ha fijado y eso es lo que nos permitió, precisamente, localizar específicamente este embarque, independientemente de la información de inteligencia, que nos decía que venían estos embarques a nuestro país. Pero ahí no hay ninguna conducta que pudiera ser sospechosa o fuera de procedimiento; al contrario, estamos obviamente generando un nivel de protección hacia el personal de la aduana”.

En su análisis, Salvador García Soto dijo que desde el 26 de octubre, por la mañana, se tuvo la primera información de inteligencia policial que alertaba de un cargamento de coca que llegaría a Manzanillo. Ese mismo día, a las 4 de la tarde la DEA avisó también a las autoridades mexicanas que tenía información de que venía un barco con cocaína de Colombia y que llegaría a la aduana de Manzanillo. Dos días después, el 28 de octubre, fue la misma DEA la que confirmó la alerta y dio el nombre del buque carguero “Esmeralda” que arribaría con varios contenedores con droga. El 29 de octubre los policías federales realizaron labores de revisión en la “plataforma” y ubicaron cuatro contenedores y con un oficio, le solicitaron al Ministerio Público de la delegación de la PGR en Colima que ordenara la retención de los contenedores señalados y ese mismo día se ordena al personal de la Aduana no permitir la salida de los contenedores identificados para verificar la mercancía que trasladaban.

Añade que el 30 y 31 de octubre, según una relatoría de la entonces PF, se revisaron los cuatro contenedores en presencia de funcionarios de PGR, Defensa, Marina, Secretaría de Hacienda, y Secretaría de Seguridad Pública Federal. Y tras abrir los contenedores y analizar las muestras se confirmó la existencia de cocaína y se pesó la droga de los dos contenedores dando como resultado los 23.5 toneladas, la mayor cantidad de cocaína nunca encontrada en ningún país. Los otros dos contenedores, donde supuestamente se transportaba pseudoefedrina, se analizaron y se determinó que en realidad se trataba de jabón.

Fuente: AVANZADA Colima

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