En el sondeo cualitativo se mencionó que el entonces presidente del comité directivo municipal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) era detestado por la militancia y simpatizantes, por ser un Judas, un traicionero politico.

En mayo del 2020 esta fue la radiografía política del otrora poderoso PRI-Cihuatlán:

“En el Partido Revolucionario Institucional (PRI) la pugna interna entre los grupos liderados por la regidora Ma. Guadalupe López Torres (CROC) y Julián López Jiménez (PRI) continua, en detrimento de la nula labor política que realizó en los últimos años su dirigente Felipe de Jesús Avalos Silva.

El nuevo dirigente Julián Alvarado Montes es repudiado por los mismos priistas que no olvidan su participación en la traición política al candidato cenecista Julián López en el proceso electoral del año 2015, en que un grupo tricolor realizó un pacto con los de Movimiento Ciudadano.

La nueva dirigencia priista esta predestinada al fracaso político, debido a que su principal dirigente es una persona conocida por no invertir recursos en la acción partidista-política a menos que sea en su propia conveniencia o de grupo ligado a Lupita López-Armando Zúñiga, sus aliados.

Como aspirantes priistas debe considerarse la propuesta de la regidora Lupita López que seguramente intervendrá en la elección del candidato, no descartando la posibilidad de buscar la reelección.

De parte del grupo del sector agrario, los candidatos naturales son: Julián López Jiménez, Aldo Boni Oregón Hinojosa y Salvador Santana Gutiérrez, este último con posibilidades reales de encabezar la candidatura para por lo menos retener la regiduría.

En el PRI-Cihuatlán continua el activismo de Edgar Zúñiga Marin, hijo del ex alcalde AZC, lo cual es perjudicial, sobre todo si se incluye en la planilla.

La participación de los ex presidentes José Antonio Moran Araiza y Arturo Salas Hernández es intranscendente. Ya fueron rebasados por la misma militancia y sociedad”.

Al poco tiempo, Julián Alvarado presentó su renuncia a la dirigencia del partido, en el que prácticamente no hizo nada positivo.

En la campaña fracasada de Elías Luna, en una ocasión fue visto para la fotografía. No anduvo apoyando abiertamente al priismo y fue señalado por favorecer al candidato del Partido Movimiento Ciudadano (MC), Jorge Salas Chávez, uno de sus mejores amigos.

Una vez más se consumó la traición.