Esta obsesionado con el poder, pero no se lo diga porque se irrita y despiertan los demonios que suele traer en su mente brotandole lo peor de un personaje político que es el fanatismo y la intolerancia.
Hace tres años se encaprichó y armó un escandalo pegando el grito en el cielo y en las cúpulas del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) criticando a sus directivos y al doctor Carlos Lomelí.
Como en otras ocasiones no perdió a gusto. Se hizo la victima. Y en ese afán, su gran sueño de ser presidente municipal de un paraíso mal administrado brincó a otro partido político, a Fuerza x México.
Creyendose el candidato y la gran opción para transformar y bien administrar al municipio de Cihuatlán, siguió con sus criticas y siendo el sabelotodo de los temas que aquejan a la comunidad.
Sus convicciones, su ego, una evidente soberbia, no le permitieron hacer los suficientes pactos para ganar, demostrando que ni siquiera pudo administrar con eficiencia una campaña de proselitismo, quedando la duda, sobre la forma en que pretende gobernar y con que gente puede hacerlo.
Creyendose indispensable, orgulloso de una labor social y “cuerdeado” por su grupo de aduladores e incondicionales, en una actitud mesiánico se ofreció para ser el proximo presidente municipal.
Reavivó su obsesión. Aseguró que ya había entendido la política, llegando desesperadamente a recordarle a la gente los favores y apoyos que había entregado sobre todo en tiempos de pandemia.
Con ese tufo, de lucro político con la necesidad de las personas, se la creyó y regreso a las filas de MORENA, donde otra vez lo chamaquearon y no le dieron la candidatura.
Muy entendedor, comiendo y soñando política, lo sacaron de la jugada y ni siquiera logró registrar una candidatura en los tiempos que marca la ley electoral.
Sin obsesiones por el poder, con un gran corazón y aun más fuerte su deseo de servir a la comunidad comenzó un plan para no perderse en la ignominia social, desaparecer del mapa local como personaje político.
Ya dijo que continuará los próximos años participando activamente en la política. ¿Haber si al perder el 2 de junio no alega fraude y sorprende con un Ayuntamiento alterno?

