En Sinaloa dan último adiós a Pedro Ponce

El lunes 6 de mayo es una fecha inolvidable para la familia de Pedro Ponce Pulido, que perdiera la vida tras ser atacado en la monumental plaza de toros de Cihuatlán, por un joven delincuente que lo sorprendió para asaltarlo.

La noticia sobre la muerte de Pedro se regó como pólvora, como la que se utilizó en los disparos que terminaron por quitarle la vida y llevarlo al sendero de la muerte.

“Mataron a Pedro en la cantina de la plaza de toros”, “Le dispararon e hirieron de muerte a Pedro Ponce, el cantinero”, “Unos cabrones se metieron a la plaza y mataron a Pedrito, una buena persona que trabajaba en la cantina”, “Pedro no se metía con nadie, es una injusticia que lo hayan matado” esos y otros comentarios se expresaron en los corrillos de la sociedad.

Extraoficialmente, ante el silencio de directivos del patronato de la plaza de toros y las autoridades, trascendió que había sido detenido el responsable de la agresión que provocó la muerte a Ponce Pulido.

“Fue la gente del Cártel Jalisco (Nueva Generación) los que rápidamente actuaron y atraparon al tecato que se metió a la plaza de toros” comentó una persona que pidió el anonimato.

A Pedro lo recogieron de la plaza y tras confirmarse su deceso comenzaron sus familiares a tramitar los permisos para trasladarlo al estado de Sinaloa, para darle sepultura en un campo santo junto a otros seres queridos.


“Cuando me muera, como te agradecería
Que pusieras en mi tumba, dos botellas de mezcal
Porque sé que de morirme de una cruda
Sabes bien que es culpa tuya
Por no poderte olvidar

Todas las noches, cuando agarro la botella
Yo te miro dentro ella, y me pongo a platicar
Al rato siento que me abrazas y me aprietas
Cual si fuera cosa cierta
Te amo y amo y no es verdad

Cuando al fin vuelvo, de mis locos pensamientos
Empiezan los sufrimientos
Porque te busco y no estás
De mis ojos, empieza brotar el llanto porque
Yo te quiero tanto y no lo puedo evitar…”

Bajo los rayos del sol, altas temperaturas, la tarde del 9 de mayo se escuchaba esta y otras canciones en el silencioso cementerio de Los Mochis donde dieron el último adiós a Pedro Ponce Pulido, sus seres más queridos, quienes contrataron un modesto grupo musical para tocar las rolas que tanto le gustaban en vida.

Pedro Ponce Pulido estuvo enlistado en el Ejercito mexicano y durante las últimas décadas desempeño con eficiencia y honestidad el puesto de administrador de la cantina en la monumental plaza de toros durante la feria y algunos eventos especiales.

Fue una persona discreta y trabajadora, dedicado a su familia y nietos.

“Descanse en paz Don Pedrito, quien iba a pensar que el domingo fuera el último día que estaría en este mundo no le digo adiós si no un hasta pronto, mil gracias por ser un buen amigo y por sus buenos consejos” escribió Estela Herrera en redes sociales.

El día de su muerte andaba la muerte suelta en Cihuatlán, casi a la misma hora, en la comunidad de Emiliano Zapata (El Ranchito) otro sujetó atacó con un cuchillo a Rafael Valencia, que murió desangrado en la vía pública.

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