Son funcionarios públicos que tienen una característica que los distingue: El chapulineo, el brincar de un partido político a otro, para satisfacer sus ambiciones personales o intereses de grupo.
En el Ayuntamiento de Cihuatlán, con la estrepitosa derrota de Movimiento Ciudadano y Jorge Salas Chávez, hay una lista de funcionarios públicos que están nominados para dejar sus cargos al concluir el periodo del gobierno ciudadano, a finales del próximo mes de septiembre.
En los pasillos del bien vigilado edificio de la presidencia municipal, pero sobre todo en el pueblo, la vox populi habla de cambios en la estructura de la administración pública municipal.
Al presidente electo Polo Pelayo muchas veces le pidieron los cihuatlenses que al ganar le hiciera un favor al pueblo, a la sociedad: Que gobernara para todos (los buenos y malos) y cambiara a los directores, sobre todo aquellos abusivos del poder.
Entre los nominados, los ciudadanos, incluso de la zona céntrica comercial de Cihuatlán, señalan al ex priista Efraín Corona Vargas, quien como secretario particular del presidente, tiene el record de negar audiencias a las personas, incluso a regidores o directores.
En este trienio, irónicamente y aunque esta difícil de creerse, resulta más fácil contactar a la Presidencia de la República, saludar y acercarse al polémico gobernador Enrique Alfaro, que al escurridizo y soberbio de Jorge Salas, sentado en la silla de la oficina presidencial.
No contento con negar el derecho constitucional de audiencia, de obstaculizar el contacto de la gente con un presidente municipal, el secretario particular Corona Vargas logró otro record: acumular horas de espera para las audiencias.
Al «Payin» Corona en muchas ocasiones no le importó tener sentados en la antesala de la presidencia, durante horas y horas, a humildes adultos mayores y personas en general.
Sus mentiras y prepotencia, falta de oficio político evidente lambisconería con su jefe inmediato, no pararon en negar audiencias ni verse favorecido en la nomina municipal, abusar de gastos y viáticos, incluso utilizar la camioneta oficial para fines particulares con permiso o sin permiso de Salas Chávez.
El secretario particular también abusó del poder utilizando a policías municipales para reprimir al pueblo, negar la entrada al edificio público y desalentar manifestaciones y protestas, violando claramente los derechos humanos.
Lo peor en su caso, es que entre los mismos funcionarios emecistas se comenta que el secretario particular confundió su papel de servidor público y con sus bufonadas e incapacidad política no tiene poder, nadie le hace caso y es uno de los principales responsables del fracaso de la presidencia de Jorge Salas.

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