Cemeí Verdía Zepeda, de 44 años de edad, amagó con hacer resurgir las autodefensas en Michoacán para enfrentar a los criminales que mantienen secuestrado el estado. Anunció que se anda reuniendo con líderes sociales de Colima, Guerrero y Jalisco para resucitarlas.
Aunque hace mucho que no vive en Michoacán, advirtió: “Me ando moviendo por muchas partes del país; nos estamos reorganizando, pero quisimos darle el voto de confianza a la autoridad. Ya en su momento Dios dirá, no está descartado nada”.
Según él, la región Sierra Costa de Michoacán está asolada por la delincuencia organizada, desafortunadamente solapada por el gobierno del estado. Para ello –acusó– utiliza al general José Alfredo Ortega (al que cesaron como secretario de Seguridad de la entidad apenas hace un mes), que está al servicio del grupo delincuencial Cárteles Unidos.
De acuerdo con Cemeí, el general les dio protección para repeler al cártel Jalisco Nueva generación (CJNG). De allí proviene la inestabilidad en Michoacán.
Durante un tiempo dedicado a cultivar papaya, Verdía fue figura relevante en la autodefensa de la comunidad nahua de Santa María de Ostula. Apoyado por los pueblos, su figura creció. Fue primer comandante de su policía comunitaria y coordinador general de autodefensas en los municipios de Aquila, Coahuayana y Chinicuila. Sobrevivió a tres atentados de la delincuencia organizada entre 2014 y 2015. Salió de su pueblo perseguido políticamente. Estuvo preso cinco meses en 2015, pero la movilización de los comuneros obligó al gobierno a liberarlo.
Hasta allí llegó su compromiso. Diversas fuentes lo ligan a los de las cuatro letras.

En la política tiene su historia. Verdía Zepeda tomó forma en 2018, cuando, aliado del calderonismo, fue designado candidato del Partido Acción Nacional (PAN) a una diputación por el distrito 21, con sede en Coalcomán.
La comunidad rechazó la politiquería del personaje. Cemeí se presentó entonces en Ostula, con 100 hombres armados hasta los dientes, muchos de ellos ligados al CJNG.
El pasado 1º de julio, Martha Laura, la hija de Cemeí, fue asesinada a tiros en Colima, por dos pistoleros en moto, cuando se trasladaba en la camioneta que su padre siempre usaba. Según él, el ataque iba dirigido a él.
En el trasfondo de la pretensión de Cemeí de usurpar la representación de Ostula se encuentra la disputa de un territorio codiciado por el crimen organizado, que los comuneros defienden con su vida. A ello hay que sumar la elección de gobernador en Michoacán de 2027.
