Al igual que le ha pasado a muchas personas involucradas en el narco, el nombre de Martín Arzola Ortega se ha ido diluyendo entre la sangre derramada por el crimen.
Sin embargo, hubo un tiempo en el que sus apodos -«El Señor» o «El 53»- se escribían a la par de Nemesio Oseguera Cervantes, alias «El Mencho», líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), e infundían el mismo temor.
DE LADRÓN A CAPO
Arzola Ortega siguió la misma historia que otros capos: empezó como delincuente del fuero común hasta convertirse en un líder del narcotráfico.
Información de la Policía Federal señala que «El 53» comenzó sus actividades delictivas en 1998 con hurtos a transportes de carga, delitos por los cuales fue sentenciado a ocho meses de cárcel en Guadalajara.
Al salir de prisión se integró al Cártel del Milenio, organización que sufrió una fractura agravada tras la captura de Óscar Nava Valencia, alias «El Lobo», el 28 de octubre de 2009 en el Refugio del Valle, Tlajomulco.
La muerte de Ignacio, «Nacho», Coronel Villarreal -ocurrida el 30 de julio del 2010- convirtió a la plaza de Jalisco en la joya que todos los narcos deseaban.
Ante ese escenario, el Cártel del Milenio se separó en dos grupos: el CJNG y La Resistencia, con nexos con el Cártel del Golfo y La Familia Michoacana.
SALE DEL ANONIMATO
En plena narcoguerra por la plaza de Jalisco, el nombre de «El 53» salió a la luz.
Fue en junio del 2010 cuando encontraron el cuerpo de un hombre en el puente a El Salto vía La Alameda. Estaba colgado y desnudo. Para aumentar la saña, los agresores escribieron con un marcador negro en la piel del fallecido: «Saludos Cártel de Los Torcidos, Nemesio Osegera (sic) Cervantes, alias ‘El Mencho’, Erick Valencia Salazar o Saúl Ulloa Cuevas, alias ‘El 85’, Martín Arzola Ortega, alias ‘Negro’ o ’53’, Gustavo Cardona Chardini, alias ‘El 52’ y Nicolás Balcázar López, alias ‘Bronco'».
Como La Resistencia consideraba que los integrantes del grupo de «El Mencho» eran traidores, así les llamaban de forma despectiva, les decían «Los Torcidos».
El objetivo de los rivales era sacar a la luz pública quiénes eran los líderes y fundadores del CJNG para «ayudar» a las autoridades a capturarlos… y, en parte, lograron su cometido.
En julio del 2011 las fuerzas federales realizaron distintos operativos en Guadalajara y Zapopan.
Los agentes catearon dos fincas en las colonias Villas de San Juan y Chapalita, en Guadalajara, y en Ciudad de los Niños, en Zapopan. En una de ellas capturaron a «El 53».
EL PODERÍO
Pocas horas después de la detención de «El Señor», presuntos miembros de la delincuencia organizada exigieron su liberación a través de dos mantas colocadas en Zapopan y Guadalajara.
En una tercera manta, atribuido a los rivales, los autores no querían que el detenido fuera puesto en libertad.
Arzola Ortega, «El 53», y Érick José Alcázar Limón, «El Niño», fueron llevados a la Ciudad de México y fueron puestos bajo arraigo por delincuencia organizada y portación de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército.
Informes federales detallaron que ellos hacían contacto con personal de las corporaciones policiales para que les filtraran información, además de encargarse de la distribución de drogas en las narcotienditas.
Pese a la captura, eso no acabó con su carrera criminal, pues su influencia sobre las decisiones del CJNG seguía vigente.
Muestra de ello fue que el 16 de julio de 2011 fue abandonado el cadáver de un hombre que presuntamente lo delató.
Asimismo fue señalado de formar un grupo de élite dentro del citado cártel, encargado de perpetrar ejecuciones, conocido como «Los Delta».
Ese grupo provenía de Puerto Vallarta y fue el responsable de atentar contra el ex Fiscal Luis Carlos Nájera el 21 de mayo de 2018, informó en su momento la Fiscalía.
SE ESCURRE
En octubre del 2015 fue condenado a pasar 24 años en prisión.
Arzola Ortega estuvo recluido en el Penal Federal de El Altiplano, en el Edomex, y luego fue trasladado al Cefereso 13, en Mihuatlán, Oaxaca, en donde estuvo hasta 2017; posteriormente regresó a El Altiplano, donde permaneció al menos hasta principios de 2018, según fuentes consultadas.
Luego, fue liberado.
La Fiscalía General de la República (FGR) no reveló el motivo de su liberación porque «podría afectar la intimidad, el honor y el buen nombre de sus familiares», informó en ese entonces la dependencia.
EL TERROR
El 31 de julio del 2019 un enfrentamiento se registró adentro del Carl’s Jr., ubicado en Plaza Galerías, en Zapopan, lo que desató el terror entre la gente; el saldo fue de dos fallecidos y seis lesionados, cinco de ellos comensales.
Entre los muertos estaba «El Señor».
Esa tarde Arzola estaba comiendo en el restaurante, estaba en el fondo.
Luego entró un grupo de sicarios -entre los que iba Brayan, de 17 años- y dispararon contra «El 53» y sus acompañantes. Éstos repelieron la agresión.
Sin embargo, había otra pieza que no se imaginaron: en el mismo restaurante se encontraba María Luisa Aguirre, esposa del entonces Gobernador de Nayarit, Antonio Echevarría, y sus dos hijos, acompañados de sus escoltas. Éstos también respondieron a la agresión en contra de los bandos.
Tras el intenso tiroteo, el sicario Brayan y «El 53» quedaron sin vida en el restaurante. Los demás lograron escapar.
La historia de Arzola Ortega terminó ahí, en el piso del local de comida. Entre vidrios, sangre y gritos estampados en las paredes. Sin embargo, toda la narcoviolencia de la que fue responsable y con la que acabaron con La Resistencia y el Cártel Nueva Plaza, así como el legado negro del «Grupo Delta», perduran hasta estos días.




