Cada cambio de Ayuntamiento es una historia diferente. Hace tres años, entre los emecistas Fernando Martínez y Jorge Salas el proceso de entrega-recepción no fue ejemplar debido a la falta de transparencia y datos sobre deudas, información fundamental de la hacienda pública.

El cambio de trienio entre el priista Jesús Morett y el panista Martín Ortiz, la primera vez que perdió el PRI unas elecciones locales en Cihuatlán, fue conflictivo y desordenado, como lo fue ese periodo. Hubo manifestaciones y casi linchan al joven presidente Chuy Morett.

Este 2024, el fallido presidente Jorge Salas que intentó la reelección y sufrió la peor vergüenza política de un político cihualteco en el gobierno, no parece estar decidido a cerrar su gestión apegado a la legalidad, sino todo lo contrario.

Fiel a su forma de gobernar, hasta el último día Salas Chávez se niega a informar y rendir cuentas, al grado de ocultar a la sociedad, hechos institucionales como el acercamiento con el presidente electo Polo Pelayo, quien hace unos días le presentó la solicitud formal para iniciar el proceso de entrega-recepción del gobierno local.

Y ni así, el del Movimiento Ciudadano se ha dignado a informar del proceso, de quienes conformaran por parte de la administración pública municipal la requerida y obligatoria entrega-recepción.

Polo Pelayo, el pasado 2 de septiembre informó, textualmente, anexando copias del documento entregado a la presidencia municipal:

«Por la tarde estuve en reunión con los integrantes de la comisión de entrega recepción, de igual manera llevamos el oficio a presidencia para instalar la mesa de las comisiones.

En los próximos días comenzaremos a capacitar a cada uno de los directores y encargados de área para llevar a cabo una entrega recepción de la mejor manera».