¡Que pena! ¡Una vergüenza! Los cihuatlenses tienen un presidente municipal de escritorio, al que no le gusta mojarse en la lluvia ni enlodar sus zapatos, pero sobre todo vuelve a demostrar su insensibilidad, su ineptitud.

¿Vio al presidente municipal de Cihuatlán bajarse de la camioneta y caminar en las calles afectadas por las lluvias?

¿Les avisaron con anticipación sobre los efectos de la depresión tropical? ¿No escucho ni vio una alerta de protección civil?

A dos semanas de dejar la Presidencia municipal, Jorge Salas sigue encerrado en una oficina cada vez más fría y solitaria.

Sentado, en un escritorio, se muestra más preocupado por organizar su tercer y último informe de gobierno, monitorear el avance y costos elevados de las obras express, pero sobre todo estar pendiente de la limpieza del cochinero acumulado en el trienio.

Es notorio que, al presidente Jorge Salas no se le da, ni se le dió, demostrar una auténtica vocación de servicio y solidaridad con los cihuatlenses más desprotegidos y damnificados por desastres naturales.

Este tipo de gobernantes son una vergüenza, un lastre para la sociedad afectada por la irresponsable autorización de nuevos fraccionamientos urbanos, aprobados por el mismo Salas Chávez y sus cómplices, regidores.

Es lamentable tanta insensibilidad por parte de los gobernantes emecistas y sus aliados, que prefieren las fotografías sociales y dar likes en redes sociales, en vez de acercarse y auxiliar a los afectados en calles, barrios y colonias.

¿Dormiran a gusto el presidente y regidores? Porque este viernes tienen que lucir radiantes para la función del circo politico, la sesión en que Jorge Salas rendirá su típico informe a medias, por aquello, que le da pánico publicar los ingresos y egresos de la hacienda pública municipal.