A varios de los directores y colaboradores que llegaron al Gobierno de Cihuatlán con Fernando Martínez Guerrero y Jorge Salas Chávez ya se les olvido que los cargos públicos son prestados, el poder no es eterno.

Más de uno traicionó al actual presidente municipal pactando acuerdos políticos con otros ex candidatos, con el objeto de seguir cobrando en la nómina oficial.

Tras la derrota de Jorge Salas, que sepultó a Movimiento Ciudadano, unos directores ya se convencieron que llegaron con los emecistas y el día 30 de septiembre se van, dejan los cargos públicos.

En la política cihuatlense, en los pasillos del edificio municipal hay una regla no escrita, un código de lealtad y honor.

Si llegaron con Movimiento Ciudadano, con Jorge Salas, al concluir el trienio también se van.

Pero, unos andan tan desesperados que han recurrido a emisarios para que el presidente electo Polo Pelayo y su equipo de colaboradores de HAGAMOS, no los despidan, no los saquen de la nómina del gobierno local.

A los funcionarios emecistas ya se les olvido la guerra sucia con que fraudearon la elección del 2021, cínicamente olvidaron que formaron parte del «team Salas» y hasta llegaron a realizar acciones contra Pelayo y sus amigos.

Unos emecistas fueron represores y otros cómplices del presidente Jorge Salas y su grupúsculo politico.

Lo peor de sus casos, es que estos directores no tienen un buen currículum, como puede apreciarse en expedientes que tiene el grupo de colaboradores de HAGAMOS.

Y no debe quedar en promesa, el compromiso que tiene el presidente electo Polo Pelayo y regidores con el pueblo de Cihuatlán, de iniciar un verdadero cambio en el Gobierno municipal.

Los cihuatlenses quieren un cambio, nunca más funcionarios ineptos y prepotentes, represores y alejados de la gente.