Fue el día 11 de junio del 2014, que escribí en esta columna: «A un año de las elecciones locales en Jalisco, ningún sector del Partido Revolucionario Institucional (PRI) garantiza su triunfo en el municipio costero de Cihuatlán, donde el divisionismo interno y el alejamiento de dirigentes con la sociedad, conducen al priismo a sufrir otra derrota electoral.

El sector Obrero perdió en las pasadas elecciones la posibilidad de recuperar la presidencia municipal con la candidatura de “La Licenciada” Lupita López, que sigue enfrentada a un grupo de cenecistas y ha bajado el activismo político en los barrios y colonias.

En la CTM el desgastado dirigente Juan Manuel Espinoza Grajeda ya se comprobó que no gana ni la delegación municipal. Como secretario de organización del comité directivo tuvo dificultades para integrar planillas de seccionales. Sus mejores tiempos son aquellos, lejanos.

El sector Popular, en manos del abogado Guillermo Ramírez García aun no logra despegar y se desconoce su estructura y que trabajo viene realizando para fortalecer el partido. Desde hace muchos años, este sector ha sufrido la falta de liderazgo y dirección.

El grupo de Jesús Enrique Morett Mendoza tiene interés en reactivarlo, evidenciando también el divisionismo.

El sector Agrario dirigido por Aldo Boni Oregón Hinojosa logró afiliar 4000 priistas, que evidentemente no salieron a votar en las pasadas elecciones. En la actualidad, dirigido por Julián López Jiménez enfrenta una crisis política pues en las rancherías y comunidades ejidales las personas comienzan a quejarse del presunto acaparamiento y desvío de apoyos para favorecer a promotores de las aspiraciones del mismo López Jiménez.

En los procesos electorales ha quedado demostrado que los obreros, taxistas, albañiles, comerciantes, maestros, ejidatarios, miles de ciudadanos votan libremente a favor de otros partidos como Acción Nacional y Movimiento Ciudadano, entre otros.

En el pasado quedó borrado el tumultuoso “voto duro” del PRI. En el pasado reciente se demostró que los ciudadanos ya rebasaron a los sectores del partido oficial.

Con el divisionismo y la falta de trabajo para fortalecer el partido, ningún sector garantiza el triunfo del PRI.