Como en los viejos tiempos de gobierno del PRI y PAN, dando continuidad al culto presidencial de Movimiento Ciudadano, en la segunda toma de protesta de Polo Pelayo como presidente municipal hubo el besamanos.

No es costumbre. Es más que una tradición de la vida pública, de la práctica política, el que cihuatlenses se acerquen al presidente municipal en turno para fecilitarlo, desearle éxito, tomarse la foto del recuerdo o selfie.

Unos atrevidos acuden al besamanos para ser vistos y aprovechar la toma de protesta para decirle: Presidente ¡aqui estamos!

Con una mano apapachando y con la otra abierta, solicitando una oportunidad, como si el gobierno local fuera una agencia de empleo.

En el clásico besamanos se pueden observar los de adentro, la gente del equipo, quienes pasan a formar de la burocracia.

Llegan personajes y personas de todo tipo. Ricos y pobres. Priístas. Panistas. Emecistas. Morenistas. Apartidistas.

Todos ellos con un claro objetivo: quedar bien con el nuevo presidente municipal.

En la fila, alguien comentó en voz baja: ¡Muera el rey Jorge! ¡Viva el rey Polo!