El infierno del DIF Cihuatlán 2021-2024

Ahora que se abrió literalmente la Caja de Pandora en el Sistema DIF de Cihuatlán, se descubrieron historias y relatos dantescos durante el trienio pasado, en el que, la esposa del presidente Jorge Salas Chávez, Claudia Macías Araiza fue presidenta y no hubo poder humano ni institucional que frenara sus abusos de poder y desvíos de recursos.

En un clima laboral marcado por el acoso y prepotencia, caliente en cuanto al temperamento grosero y colérico de la ex presidenta, el DIF Cihuatlán era un infierno, en el de por si, caluroso terruño costero.

El genio de mil demonios y pecados como la mentira, aunado a la avaricia y prepotencia, no cualquiera soportaba en las oficinas operativas, en que dos ahora ex directoras, Lorena Gálvez y Rosalba Pérez, prefirieron presentar su renuncia.

El mal carácter, protagonismo y obsesión por el poder también cimbraron el edificio del Ayuntamiento, donde su presidente jamás quizo o no pudo ponerle freno a las malas prácticas de su esposa en el organismo que se supone es de beneficiencia social, no una agencia de empleo o empresa particular.

Tan suelto andaba el chamuco, que regidores denunciaron varias irregularidades administrativas.

A la presidenta Claudia poco le importó ser exhibida por utilizar la identidad de una tercera persona para realizar cobros de nómina; junto con sus colaboradoras y directoras del gobierno local agarraron miles de pesos en entradas al estadio El Llanito, con el que compraron las famosas computadoras.

Al fantasma de la nómina, ahora se suma un grupo de personas fallecidas a las que siguió entregándose apoyo.

Una auditoría del DIF Jalisco documentó la deuda heredada por la gestión de Claudia Macías al nuevo gobierno.

A todo esto ¿Que dice el expresidente Jorge Salas? Que en sus últimas horas a través de un video publicado en redes sociales aseguró que entregaba una administración con finanzas sanas, sin deudas, obras concluidas y una gran satisfacción.

A los pocos días se descubrió que Jorge Salas no cumplió cabalmente con el proceso de entrega recepción y, para el anecdotario político, hasta la silla presidencial había desaparecido.

En las oficinas del DIF, la presidenta Claudia no cantó mal las rancheras y el saqueo fue insultante para el pueblo cihuatlense, que después de un trienio infernal, se asomaba una luz de esperanza, un verdadero cambio, que por ironías no ha sido del todo posible ante el enquistamiento de nuevas funcionarias y promotoras que ven una agencia de empleo o plataforma para favorecer sus negocios particulares.

Tras la sesión extraordinaria de cabildo, en que el Ayuntamiento aprobó pagar parte de la deuda heredada por los de Movimiento Ciudadano, no se han pronunciado Jorge Salas ni Claudia Macías, para mínimo, aceptar su responsabilidad como servidores públicos, ya no se diga, reconocer que son amantes de la mentira y corrupción.

¿Ahora que dira el obsesionado y mesiánico ex regidor Feliciano Aguirre? ¿Se atreverá a defender y desmentir los mismos abusos que criticó al DIF?

¿Y la ex regidora chapulina Mireya Merino defenderá a su comadrita Claudia, en señal de agradecimiento porque varios familiares, con tráfico de influencias y nepotismo, fueron contratados por el gobierno?

La que ya brincó, cantinfleo y como la chimoltrufia no supo ni lo que dijo fue la regidora Blanca, toda una experta en utilizar ayuda humanitaria y apoyos oficiales para fines políticos-partidistas.

Da risa y lastima observar como la ex directora del DIF, ex funcionaria municipal y dirigente de Movimiento Ciudadano trata de justificar el pago a personas fallecidas, teniendo un documento oficial en sus manos con el padrón y la orden de regresar el dinero a DIF Municipal.

¿Hasta donde llegó la ignorancia, lambisconeria o el cinismo con la regidora Blanca, que tiene varias manchas en su atravesar por el infernal pantano?

¿Que dirá el secretario particular Efraín Corona Vargas, enterado de los pecados de sus queridos compadres?

Ya comprobó que gobernar Cihuatlán no es un paseo por el cielo…

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