Antes el pueblo de Cihuatlán era chico. Tenía una lista larga de birrieros famosos.
No eran precisamente los hermanos Almada, de aquellas películas mexicanas de los años 1960-70-80s, pero la fama de Baldomero y Olegario se comenzó a proyectar.
Mataron miles de reses, cerdos y pollos para llenar los hornos de barro y leña, para cocinar la tradicional birria cihuateca.
Murió Baldomero pero dejó una buena escuela y la receta.
En la actualidad, si deseas revivir la experiencia de saborear un plato de birria, en la calle 12 de Octubre rumbo a Coco Loco y El Estrecho, el olor inconfundible de las especias y adobo que bañan las tiernas y jugosas carnes, te llevarán a un rústico y campirano lugar donde gozaras bocado a bocado de lo más sabroso en birria jalisciense.









