Oscar Anaya, una historia del PRI a Hagamos

OSCAR ANAYA es otro de los personajes controversiales de la política municipal de Cihuatlán, donde ha ocupado varios cargos, en los cuales, no ha salido muy bien librado que digamos.

No sabemos quien le dio “cuerda” después de haber dirigido la asociación ganadera, el patronato de la plaza de toros y el comisariado ejidal, que el personaje público intentó alcanzar el sueño de ser presidente municipal.

Era el año del 2018, cuando Oscar Anaya se la creyó, junto papeles y se lanzó a la capital jalisciense, a las oficinas ubicadas en la Calzada del Campesino, la sede del Partido Revolucionario Institucional (PRI), donde en breve, en pocos minutos, lo regresaron a Cihuatlán.

La candidatura priista ya estaba “concertada” y no era para él, fue para La Licenciada Lupita López, que mas tarde equivocadamente lo invitó a sumarse a su proyecto dandole como premio de consolación una regiduría, que para su mala suerte nunca ostentó debido a que la planilla tricolor fue derrotada.

Aquel día en que lo sentaron, le mataron sus ilusiones de ser el primer ciudadano y obtener el poder municipal, Oscar Anaya regresó silenciosamente al terruño, consternado y golpeado en su ego personal.

Recuerdan que en campaña andaba retraido y que no gozaba de gran popularidad. Los priistas aseguran que jamás arrimó multitudes de ganaderos o ejidatarios, poniendo en entre dicho su liderazgo.

Eso sí, hubo reclamos y señalamientos, luego que como presidente del ejido Cihuatlán intentó escriturar lotes ejidales en contubernio con Armando Zúñiga Marin, que en esas fechas se ostentaba como asesor especial del presidente municipal Jesús Huerta Aguilar.

Le cobraron miles de pesos a los ejidatarios y jamás les entregaron los títulos de propiedad, afectando por parejo a decenas de ejidatarios que comenzaron a exigir la devolución de su dinero.

Durante años han llegado a las oficinas ejidales ubicadas en el popular barrio conocido como de El Comité, personas molestas, otras suplicando, que se les retribuya su dinero.

Esa gente, personas humildes, de la tercera edad, con sueños de tener las escrituras de un patrimonio, mal recuerdan esta gestión del calladito pero escurridizo y falso de Oscar Anaya.

Por su parte, a pocos priistas sorprende que el ex dirigente ganadero haya brincado las trancas a otro partido político conociendo su grado de falsedad y ambición, su necesidad de alimentar ese ego con cargos de representatividad.

¡CON ESTO TERMINO!… En el partido estatal Hagamos que avala nuevamente la candidatura de Polo Pelayo no todos ven con buenos ojos la incorporación del polemico ex presidente del patronato de la plaza de toros donde se descubrieron casos de corrupción y malos manejos administrativos durante su gestión.

Entre amigos verdaderos de Polo Pelayo, algunos ven con recelo la participación de Oscar Anaya, a quien no le tienen plena confianza y al igual que en las campañas del PRI se proyecta como un gran líder y termina como general sin tropa.

De la misma forma se comenta dentro y fuera del cuarto de guerra morado que el pacto político con integrantes del grupo radical Los Chanos, renegados de MORENA, tiene más espinas que un pochote y no ven claro cual pudiera ser el beneficio que los amigos de Polo Pelayo iniciaron con el proyecto de ganar la presidencia municipal y comenzar a cambiar para bien a todo Cihuatlán, escuchando, dialogando y trabajando con la sociedad.

Les queda claro que gran parte de su exito electoral ha sido no presentar político de antaño, grilleros, pero sobre todo des honestos.

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